Para quienes piden que todo sea justificado:
Un encuentro de jóvenes escritores de América Latina no es un capricho, obedece a la necesidad de responder generacionalmente al sistema mercantil que ha reducido la capacidad política de la juventud al nihilismo de una subcultura de consumo caracterizada por su desvinculación con las identidades y singularidades nacionales. "El fascimos sin complejos" que hoy tristemente renace en Europa con eco en las derechas del sur luce hoy la máscara de la juventud para legitimarse en las corrientes sociales. La ultraderecha italiana, española y francesa han llenado sus filas con jóvenes desempleados conocidos como "Cabeza Rapadas" para profundizar el terror en las comunidades emigrantes. En Bolivia el odio étnico organiza su violencia racial en la llamada Juventud Cruceñista y en Venezuela sin ir más lejos el producto de la hegemonía desestabilizadora se disfraza con la máscara de "Movimiento Estudiantil" cuyos cuadros formados en las universidades privadas más reaccionarias del continente inoculan el más peligroso discurso, el de las miltinacionales. Mediatizados estos movimientos se postulan como la razón universal de la juventud. Quienes tildaron de boba a esta generación son los mismos que hoy la postulan como paradigma del deber ser. Por ello resulta imperiosa la necesidad de organizarnos, como ya lo ha hecho la juventud socialista del PSUV, en otras manifestaciones humanas como la estética y el arte. Responder a esa maquinaria política-mediática trasnacional, que encuentra en nosotros la carne de cañón para sus filas de choque; a ella y su monocultura que nos niega como sujetos históricos y sociales invisibilizando la ancestralidad que nos asiste y el porvenir que merecemos. Y es preciso decir que nuestra noción de juventud no tiene que ver en absoluto con la concepción occidental que devalúa la vida longeva del hombre y la mujer. Consideramos la vida como el valor supremo y la antigüedad como el valor agregado a ella. Pero es necesario rescatar esta palabra que hoy parece ser el último eslogan de la internacional burguesa. Creemos con el Ché, simplemente que, ser joven y no ser revolucionario es una gran contradicción. Es un deber nuestro participar activamente contra el sistema que nos ha convertido la edad en mercancía, en objeto y caricatura de los enemigos del mundo.
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La construcción de una cultura revolucionaria de paz, paz digna, paz justa. Paz basada en la democracia desde un diálogo pluricultural, ha de tener su manifestación ética y estética en la palabra actual de los creadores y pensadores orgánicos, leales a su historia y su porvenir como pueblo. Nuevas maneras de relacionarnos, de conocernos y de reinventarnos salidas a las actuales crisis sociales de escala planetaria. Crisis que se manifiesta en el alma de los países diezmados económicamente, sometidos políticamente, y saqueados patrimonialmente. Crisis de las patrias oprimidas por el capital internacional.
Consideramos que en un mundo mal gobernado por el peor de los autoritarismos: el mercado, orden inhumano donde la cultura, el arte lo mismo que el trabajo, la salud y las más elementales necesidades humanas, han sido reducidos al triste valor de mercancía, al rigor utilitario; se hace inminente repensar ciertas realidades. Repensar desde la acción transformadora, desde la valoración positiva de nuestras comunidades, desde esas prácticas que invisibilizadas hacen temblar al estatus quo del capitalismo moderno.
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Por la urgente necesidad de replantearnos la voz de sur, el rostro del sur, desde la literatura; última trinchera del hombre libre, nace el Encuentro de Jóvenes Escritores del Alba, trazando como objetivo fundamental la articulación de los nuevos creadores de Latinoamérica, cuyo impulso trasciende el oficio de escribir y van al encuentro con los otros. Jóvenes escritores cuyo compromiso se concreta en la activación de espacios de resistencia cultural (revistas, planes de lectura, editoriales alternativas, talleres comunitarios) y su militancia en lo social los perfila como defensores del patrimonio cultural de nuestra América. Este encuentro nos reunirá en torno a la reflexión de temas inminentes y comunes a los países oprimidos como la solidaridad y la unión de estas naciones y la voluntad de transformar el mundo de los ricos por uno multipolar impermeable a las ambiciones del poder hegemónico imperial.
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En ese sentido el encuentro de jóvenes escritores es un llamado a la conciencia para configurar la nueva ética y estética de los pueblos en lucha. Reunirnos para condenar las posturas guerreristas e indolentes del imperialismo. Consideramos que en un mundo donde la violencia pareciera legitimarse cada día y el hombre es cada vez más hostil, es importante que los jóvenes escritores se encuentren para revelar el poder de la palabra como esperanza. Este encuentro se sostiene en la crítica de un orden que niega al ser humano, exacerbando su individualismo, alejándolo de su propia voz, de su búsqueda, que no es otra que la de ser con todos.
Lo dicho. Si algo caracteriza a la literatura es que ella es acto de vida. El hambre, la esclavitud, la injusticia, maquillada por el modernismo occidental, tributario de todo el dolor planetario encuentran en esta expresión humana un rechazado absoluto. Hablamos de esa fuerza vital, fuerza de la verdad, fuerza libertaria que es la poesía en todas sus dimensiones. La palabra creadora tiene un sólo fin: celebrar la vida, y un insoslayable deber: combatir lo que la humilla y ensordece.
Este encuentro de jóvenes escritores antiimperialistas es por tanto un llamado a la conciencia planetaria para la construcción de una verdadera cultura de paz basada en el reconocimiento y respeto a la diversidad y soberanía de los pueblos decididos a ser libres; y es además, el primer paso para la consolidación de la Red de Escritores Socialistas del ALBA,
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La intelectualidad vendida al dominio del mercado es la peor de las canallas. Hoy en día las plumas que otrora blindaban su condición de escritores elogiando la revolución cubana y bolchevique, el sandinismo en Nicaragua, el Allendismo en Chile, con el mismo entusiasmo celebran en el "Washington Post", en el "País" de España, en "El Nacional" de Venezuela, en el "Clarín" de Argentina, en el "Time" y demás medios imperiales, la andanada fascista que renace en Europa y que en mala hora pretenden adoptar las derechas del sur no sólo como sistemas de opresión política, sino como discursos estéticos. Esos que con la misma pluma escriben complacientes artículos para justificar las guerras contra el Islam, contra el Bolivarianismo, contra los Mapuches, contra los cocaleros, contra toda voluntad de autodeterminación y elogian el terrorismo de la banca y del Estado. Racistas y neocolonialistas, ideólogos de la nueva esclavitud, pretenden falsificar un consenso e imponer una visión de mundo que lleva más de 500 años cuestionada. Ellos no son escritores, son amanuenses del imperio y la última tristeza americana.
Necesaria es esta Red de Escritores del Alba, pensada desde los jóvenes de alma activa y palabra militante en la verdad de los pobres, para cantar lo que somos y triunfar en la batalla de las ideas contra este orden criminal que tiene futuro ni juventud.
Objetivo general
Consolidar un espacio de encuentro de jóvenes escritores ligados a los movimientos sociales de América Latina para dar respuesta a la avanzada de una intelectualidad servil a los intereses hegemónicos, y, desde la militancia en la palabra humanista suscribir apoyos comunes a nuestros pueblos en el marco del nuevo mapa estratégico del sur. Desde este espacio de articulación pesar y consolidar la independencia política, económica y cultural de nuestros países.
Objetivo Específico
Crear, partiendo de la experiencia de la Red Nacional de Escritores de Venezuela, las bases para la constitución de la Red de Escritores del Alba con las más recientes promociones de poetas, narradores y ensayistas.
Metas
Celebrar en el marco de la FILVEN-Táchira y FILVEN-Caracas, el 1er Encuentro de Jóvenes Escritores del Alba durante los días: 31de octubre al 05 de noviembre